Tomás Ferrer, socio fundador de Orvifrusa y actual presidente del Consejo de Administración, analiza los 50 años de historia de la compañía.
Cuándo echa la vista al pasado tras medio siglo de historia… ¿cuál es la primera emoción o palabra que le viene a la mente?
Satisfacción. Siento satisfacción por corresponder a la familia y a las personas que confiaron hace ya 50 años en el proyecto. Satisfacción también por el trabajo bien hecho… Cada año producimos más de dos millones y medio de plantas y árboles que llegan a muchas partes del mundo. Son cifras muy gratificantes pero que sabemos que han sido posibles por el esfuerzo de varias generaciones y la pasión por este trabajo.
¿Cómo nació la empresa? ¿Cuál fue su origen?
En 1973 un grupo formado por hijos y nietos de pequeños viveristas de planta mediterránea, rosal, frutal y vid, tomamos la decisión de aunar nuestro esfuerzo, conocimiento y capital para crear una nueva sociedad, Orvifrusa. El objetivo era incrementar la producción, ampliar la gama de especies y presentaciones, mejorar en la calidad y abrir nuevos mercados.
¿Cuáles fueron los primeros productos comercializados por Orvifrusa?
Los primeros productos que formaron parte de nuestro catálogo fueron la planta mediterránea, el rosal, el frutal y la vid. Desde entonces estos productos siguen formando parte de nuestra oferta y es por eso que somos reconocidos expertos en este tipo de cultivos. Hoy en día contamos con una oferta más variada que intentamos ampliar constantemente.
¿Cuáles considera que han sido los grandes hitos de la empresa en estos 50 años?
En primer lugar, su constitución, porque formar una sociedad por un grupo de empresas del sector fue un hecho insólito en esa época. Quizá el segundo momento más importante se produjo en 1999 cuando hay cambios importantes en el accionariado que supone un estímulo para la empresa y el impulso de nuevos proyectos. Posteriormente, la consolidación de la nueva generación Ferrer, que ha asumido las responsabilidades de todos los departamentos de Orvifrusa, desde la dirección, la administración, pasando por la producción, la comercialización y la logística. Es un orgullo para mí que toda la familia trabaje en equipo para el proyecto, sumando experiencia y capacidad para innovar y abrir mercados.
¿Cuáles son los retos y objetivos de Orvifrusa para los próximos años?
Seguir trabajando para adaptarse a las nuevas normativas y formas de cultivo para poder atender las necesidades de nuestro mercado. El objetivo es que las nuevas generaciones puedan seguir celebrando otros logros como este 50 aniversario.